Hoy sigo con un post relativo al COVID19, simplemente porque no nos lo podemos quitar de encima, por el momento. Es cierto que el cambio que ha supuesto en todas las personas nos obliga a ello, pero, os recuerdo que la gran mayoría de nosotros somos unos privilegiados. Hemos llegado a esta situación que no controlamos en condiciones mucho mejores que muchos millones de personas, algunas que conocemos y otras que no. Así que, seamos positivos, por favor.
En mi caso, doy gracias todos los días porque tengo una casa que me permite moverme con libertad, unos recursos tecnológicos que me permiten trabajar a mí y a los míos sin tener que “pelear” por ellos y, sobre todo, porque cuento con 4 personas con las que en cualquier momento podría hablar. Eso sí que es un privilegio.
Así que hoy, mi reflexión y las iniciativas que os presento están relacionadas con este nuevo “amigo” inesperado que personalmente me hubiera gustado no recibir. Ah, y de esa manera sigo con La búsqueda del tesoro, el juego del coronavirus.
Dejando a un lado las malas noticias de personas que ya no estarán a mi alrededor cuando salga a la calle de nuevo, si algo estoy recibiendo durante estos días son muchos regalos y tesoros, entre ellos, los siguientes:
- Dibujos de arcoíris (os recuerdo que para eso tiene que salir el sol en algún momento).
- Imágenes de grandes luchadores (héroes y heroínas) que cuando se quitan las máscaras sí que se les nota lo que “cuesta” llevarlas encima y que estarán deseando no volver a utilizarlas (y entonces, también, seguirán siendo nuestros héroes y heroínas): farmacéuticas (en mi familia hay unas cuantas, esta vez mi representante más especial es mi hermana ANE), personal sanitario (enfermeras y médicos también hay muchos en mi familia, para este post elijo a mi cuñada Lourdes y mi prima Amalia), P.E. (que también tenemos, pero no puedo dejar a un lado a mis hermanas Eli y Nes, ya mi cuñado Kristian), personal de seguridad y de servicios mínimos.
- Sonrisas que ocultan (sin lograrlo) una tristeza que cada día pesa más y sonrisas que son imposibles de esconder.
- Agradecimientos en forma de aplausos, a los que me uno cada día.
- AMIGOS de verdad.
- Llamadas adelantadas de las que te arrepientes no haber hecho tú antes.
- Llamadas inesperadas que agradeces muy especialmente porque se interesan por mí, por cómo me va, por cómo lo llevo, porque la verdad es que la vida sigue y nuestras “mochilas” siguen con unas cuantas piedras que cada vez pesan más.
- Videoconferencias que empiezan con “y tú y tu familia ¿cómo estáis? Ya sabes que me/nos tienes ahí cuando quieras”. ¿Hay ayuda mejor que esta? NO.
- Frases llenas de energía y esperanza.
- El ejemplo de los maestros y maestro, y profesorado en general que están demostrando que cuando uno apuesta por esta profesión es una persona extraordinaria.
- Canciones que nos animan a seguir. Yo me quedo con las tres que para mí más éxito están teniendo estos días, por múltiples motivos:
- Vivir, de Rozalen, porque me hace sentirme más cerca las personas que están en un proceso un poco “chungo” y que siguen luchando con “todas sus fuerzas”. Oir su voz o leer un mensaje de ellas es, por el momento, lo mejor que me regalan.
- Resistiré, de un gran número de artistas que la han rescatado. Porque sí, yo también tengo las salidas cerradas, siento miedo del silencio, la noche no se me hace nada fácil, se me revelan muchos grandes recuerdos, se me han roto muchos de mis sueños y me cuesta tenerme en pie. Pero YO he decido que resistiré, que no me rendiré, PORQUE quiero seguir viviendo, aunque la nostalgia se apodere de mí en más de una ocasión y me falten personas fundamentales en mi día a día, aún a sabiendas de que deberé seguir soportando golpes que yo no decidí recibir pero que me han tocado. Entonces, decido volverme de hierro para endurecer la piel, sólo la piel, que el corazón sigue siendo como siempre ha sido. ¡Sólo faltaba!
- Canto a la vida, de Vanesa Martin, porque soñar está en mis manos y porque estoy segura que del COVD19 saldremos, porque nos une un mismo sentimiento y YO seguiré contigo.
- Otro regalo que recibí el otro día vino de la mano de Prince EA. Es un rapero americano, artista de la palabra hablada, director de videos musicales y activista de los derechos de St. Louis, Missouri. Tiene un canal de youtube para que la gente ría, llore, piense y ame con el objetivo final de evolucionar. Hoy os comparto el vídeo que me llegó y que para mí es sinónimo de amor, cariño, solidaridad, atención, despertar, conversar, hablar, decir aquello que quieres y no te atreves, porque como dice Prince EA, “somos olas del mismo mar” y el COVID19 en un F-Virus. Te invito a que lo descubras por ti misma.
Finalmente, os comparto otro gran regalo que me compartió mi amiga Charo, un cuento que merece la pena que lo leamos.
Espero que esta nueva Semana Santa seamos aún más conscientes de todo lo que tenemos, que la disfrutemos y que cada día sea un nuevo día de esperanza.
Gracias por seguir ahí.