Me voy de expedición

Unos años después de haber participado en mi primera expedición pedagógica de la mano de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi), la semana del 27 al 30 de noviembre de 2023 he podido volver a cumplir el sueño de “repetir” experiencia, esta vez en Castilla-León, concretamente, en Valladolid y Zamora. Os aseguro que participar activamente en la séptima edición de la Expedición Pedagógica para docentes de todo el territorio español acompañada, en esta ocasión, de alumni del programa «Generación docentes» ha sido una muy buena experiencia.

Por si alguna persona aún no lo sabe, la FPdGi lleva promoviendo desde 2012 la innovación educativa en la práctica ordinaria de docentes de distintos niveles educativos, a través de la formación y de distintos tipos de experiencias que os invito a que conozcáis.

Hoy, me gustaría compartir con vosotras en qué consiste la expedición pedagógica que con tanto mimo preparan desde la FPdGi Sandra Camós, la directora de programas educativos de la Fundación, junto con su equipo.

Por una parte, la Fundación nos acerca, a través de visitas directas a escuelas referentes e innovadoras consideradas como buenas prácticas, para que los/las docentes dispongamos de herramientas de distinto tipo con el fin de gestionar e impulsar cambios en nuestros centros educativos correspondientes y así adaptarnos a la realidad que cada una de nosotras vivimos.

Las visitas son espacios de inspiración (y cierta envidia), que nos demuestran que los sueños, junto con el esfuerzo diario, la apuesta por el cambio y la innovación educativa, el buen ambiente de trabajo y la creencia en un proyecto compartido, se convierten en realidades. Este año, hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca el Centro de Formación del Profesorado en Idiomas de Valladolid; el CEIP Kantika Arroyo de Valladolid, un centro innovador público centrado en el pleno desarrollo de la personalidad del alumnado, en proyectos para participar activamente en la vida social y cultural, y en cuidar la formación para la paz, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos; el Centro El Majuelo de Valladolid, un centro que nació en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su compromiso con la adopción de estilos de vida sostenible, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la diversidad cultural; el centro Trilema de Zamora, centro concertado referente que destaca por el trabajo de la personalización en el modelo de Estaciones, el aprendizaje por retos y proyectos dentro de un contexto de ámbitos, así como el cuidado del bienestar del alumnado y el trabajo de la metacognición y el porfolio de aprendizaje; y el IES Condesa Eylo de Valladolid, otro centro referente, esta vez en Valladolid, en diversos campos de la innovación educativa, destacando en proyectos de convivencia y mediación, trabajo del bilingüismo en el bachillerato, y cuidado de la vida cultural de toda la comunidad educativa, conectando el aprendizaje informal y formal.

No solo eso, en las expediciones pedagógicas, que reúne alrededor de 30 docentes, se crea cierta magia, en la que docentes que vivimos nuestra profesión con pasión, la pasión por educar, somos capaces de crear comunidad desde prácticamente el mismo momento en el que nos encontramos. Talento docente, líderes en innovación educativa y teacherpreneurs (no podía dejar de decirlo), nos juntamos para seguir compartiendo nuestro compromiso con la transformación del sistema educativo.

Si eso fuera poco, además, durante las expediciones, se nos brinda la gran oportunidad de participar en talleres formativos liderados por María Batet y Esteve López. En esta ocasión, pudimos disfrutar en tres talleres. Dos de ellos fueron a cargo de María Batet, ‘Viajando y aprendiendo: Turismo Pedagógico’ y ‘¡Que fluya la creatividad!’. María nos enseñó que, si ponemos en modo on el pensamiento creativo y la curiosidad, ya tenemos mucho camino ganado. También nos enseñó a aplicar herramientas, así como dinámicas para conocer la propia creatividad y entrenarla. Fue un taller de puesta en práctica del pensamiento visual. Otro de los talleres, ‘Dales alas: Autonomía del alumnado’, fue conducido por Esteve López. El objetivo se centró en cómo activar al alumnado como dueños de su propio aprendizaje, aplicando modelos que facilitan su autorregulación y de ese modo dar pasos en la diferenciación en el aula.

Este año contamos también con Jorge Castrillo, de Edunexis, una demostración de un nuevo generador de ideas para hacer más fáciles la programación a través de situaciones de aprendizaje y para integrar, a través de la inteligencia artificial el desarrollo de competencias transversales y específicas en la enseñanza de las asignaturas.

Otra de las experiencias que nos presentaron fue un modo distinto de conocer Valladolid. De la mano de Albert Herraez y Mario Herraez de eTwinz, nos mostraron una manera distinta e innovadora de emocionar al alumnado. Pudimos explorar estrategias innovadoras y prácticas para planificar y llevar a cabo excursiones educativas que sean atractivas, interactivas y emocionantes. Experimentamos la definición de objetivos claros, la selección de destinos apropiados y el diseño de actividades enriquecedoras que promuevan la participación activa del alumnado.

Yo ya estoy pendiente del nuevo evento de la FPdGi, ¿será ahí donde coincidamos?

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