Hoy quiero escribir un post de agradecimiento.
Quiero agradecer a Mikel y Mentxu, emprendedores sociales donde los haya, por dejarme ser parte de su familia y en especial de WOP, cuya labor apoyo desde hace ya unos años, y cuya actitud (la de Mikel y Mentxu) envidio muchos días del año. Así que, GRACIAS.
Gracias también a Ruth, por hacerme las cosas tan fáciles con los más de 200 voluntarios que tuvimos que coordinar el día de la 6ª Estropatada de WOP. Porque para aquellas personas que no lo sepáis, fuimos más de 200 personas las que hicimos posible que la estropatada saliera como salió de bien. Y eso es gracias a unas cuantas cabezas y manos que movieron todo desde un inicio para que el 17 de junio de 2018 saliera todo como debía salir, aunque las cosas siempre se puedan mejorar. Así que, junto con Ruth, GRACIAS también a los voluntarios por ponerme las cosas fáciles en un día de mucho calor y de mucho movimiento.
Y es que lanzar a la ría de Bilbao 30.000 WOPatos para recaudar fondos para investigar sobre las enfermedades neurodegenerativas poco comunes no es tarea fácil, aunque a algunos les pueda parecer. Porque no, los patos que se lanzan desde el Puente de Deusto no se dejan en la ría una vez acabada la carrera, los chips que llevan puestos no se los ponen ellos mismos (ni se los quitan una vez acabada la carrera), porque no llegan solos a la línea de salida, porque algunos no ven muy bien y necesitan que se les guíe en su camino a la meta y porque no, las mesas no se ponen ni se recogen solas, las hamburguesas, salchichas, bebidas, pintxos y demás no se preparar solos, porque las caras de los niños no se pintan solas, porque las canciones no se cantan solas, porque los bailes no se dirigen solos, porque el evento tampoco se gestiona, presenta y dirige sólo, porque los bocatas de los voluntarios no se hacen solos, porque los puestos de merchandising no se preparan solos y porque hay muchos NOes que sólo se han convertido en SÍes por el buen hacer, la buena actitud, la buena disposición y el buen rollo que se respira en eventos como la estropatada.
Por eso, como vengo haciendo los últimos años, también éste me puse como reto vender 250 WOPatos, no por el WOPatón, que ya tengo unos cuantos, y otros he regalado, sino por el orgullo de saber que mi esfuerzo, aunque sea pequeño, contribuye a investigar sobre una causa que apoyo firmemente y de la que no se investiga lo suficiente.
No puedo acabar este post sin dar las GRACIAS a las muchas personas que habéis contribuido en la compra de cada uno de esos 250 patos. La verdad es que estoy más que orgullosa de ver, otro año más, lo solidarias que son las personas que me rodean, la gran mayoría de ellas compañeras de la Universidad de Deusto, pero también amigos personales y colegas de otras instituciones. Es un gusto saber que estáis ahí, colaborando en la causa y es un gustazo saber que casi-estáis-esperando los patos, aunque tengáis ya unos cuántos, porque no es cuestión de patos, ¿verdad?
GRACIAS, sobre todo, por no utilizar la frase, demasiado manida para algunas personas de “¿otro pato?, es que ya tengo uno del año pasado”.
Disfrutad de estos días de sol y calor, que no sabemos lo que durarán.