Naturaren Doinuak

Y llegó ella, Shrabani.

Shrabani Aranzabe-Pita es una joven mujer emprendedora nacida en India pero criada en Alkiza, un pueblo de Gipuzkoa (País Vasco). Siendo niña ya soñaba con ser directora de orquesta y hoy, con 25 años, puede decir que lo ha conseguido. Motivación no le falta; perseverancia, le sobra; creatividad, tiene más de lo que creáis; iniciativa, toda y más, y así podría seguir nombrando todas y cada una de las competencias emprendedoras que el marco europeo para la competencia emprendedora (EnreComp) marca. Pero Shrabani es mucho más que un conjunto de competencias. Es una P.E. que con solo 25 años ha vivido una gran aventura y un viaje difícil de olvidar.

A Shrabani siempre “le ha gustado todo”, desde el deporte hasta la ciencia, pasando por ayudar a los demás, la educación, la cultura, la investigación, o la inclusión. Pero, sobre todo, lo que a ella le gustaba y apasionaba era ser directora de orquesta. Sin que ella lo supiera, su viaje iba a estar repleto de lo que ella denomina “fallos”, otras diríamos obstáculos, grandes y medianas piedras y, alguna que otra piedrecilla, de esas que no es raro encontrarnos en el camino y que, como en el caso de Shrabani, le han hecho cada vez más fuerte.

Cuando comenzó sus estudios superiores se decantó por estudiar el doble grado en Lengua Vasca y Cultura Vasca + Lenguas Modernas en la Universidad de Deusto, pero pronto se dio cuenta que aquello no era lo que más le gustaba. Fue entonces cuando decidió darlo todo por entrar en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco. No fue fácil, pero lo consiguió. El problema fue, entre otros de mucha menos importancia, que a Shrabani le detectaron un cáncer en la cabeza contra el que tuvo que luchar (y mucho). Aun así, ella quería seguir formándose y apostar por la educación, el arte y la inclusión, aunque de forma inesperada llegó la COVID-19. Tampoco esta pandemia paró a esta mujer, que tras realizar el grado en Música en la Universidad Internacional de La Rioja y el Máster en Investigación e Innovación de la educación y pedagogía musical en la Universidad Autónoma de Madrid, todavía le quedaban fuerzas (y muchas) para sacar adelante un doctorado en neurociencia y educación. Porque, a Shrabani, le apasionaba la ciencia y mejorar la educación y la formación.

Como ella dice, este es su currículum A, pero es que Shrabani tiene otro currículum, el B.

Este currículum B está plagado de otros muchos aprendizajes. Desde muy pronto, Shrabani quiso trabajar la cultura y el arte de una manera distinta a la que le habían enseñado y lo hizo. Creó una mini-asociación a través de un aula de música en su pueblo, Alkiza. A ello se dedicó desde 2016. Fue entonces cuando se dio cuenta que “las cosas” no pueden depender de una misma, que nadie es imprescindible, y que para que “algo” importante no desaparezca, hace falta un equipo de personas.

En 2017 Shrabani creó la escuela de canto joven, con un objetivo claro “aprender a cantar”. Después llegó el coro joven de Tolosa (TAG), con un objetivo que iba un poco más allá, “crear comunidad”. Y así llegamos al 2021, cuando crea “Naturaren Doinuak” (Sonidos de la Naturaleza), con el objetivo de lograr el desarrollo personal de las personas y ayudar a su transformación. De hecho, “actualmente tiene como objetivo fomentar el desarrollo integral y la participación en el ámbito educativo, utilizando las experiencias artísticas como herramienta, especialmente con colectivos en situación de vulnerabilidad”.

Y así, lo que un día comenzó como un proyecto, hoy en día es una Fundación, de la que Shrabani es CEO y directora artística (orquestal y coral), y de gestión del festival que lleva el mismo nombre de Naturare Doinuak.

Como dice ella “Gracias a Naturaren Doinuak afrontamos el reto de la equidad y la inclusión a través de la educación y el arte”. Se trata de un emprendimiento en compañía, un proyecto social y un emprendimiento empresarial. Entre las actividades que llevan a cabo destacan las siguientes:

  • Formación.
  • Investigación.
  • Asesoría cultural.
  • Producción audiovisual, creación de software.
  • Festival propio (2021, 2023, 2024 y 2025).

Naturaren Doinuak comenzó en 2021 como respuesta a la COVID-19 en forma de concierto en el bosque. De ahí pasó a convertirse en una feria de un día. Tras contactar con ASPANOGI, el tercer festival congregó a asociaciones y escuelas: se convirtió en un evento de 3 días con más de 4000 visitantes y con las personas en exclusión social (personas con autismo de Gautena) como protagonistas.

¿Dónde llegarás, Shrabani?

Seguro que el premio Inspira Gazteak que recogías hace poco de manos de la Fundación Kutxa es solo un adelanto de lo que te espera.

Si queréis escuchar a Shrabani, os dejo aquí una bonita entrevista que le hicieron en la radio:

https://www.eitb.eus/es/nahieran/radio/radio-euskadi/vivir-para-ver/detalle/9687207/

Shrabani, ¡brindemos por la Fundación Princesa de Girona, que nos dio la oportunidad de conocernos!

Ahmad Joudeh, bailar o morir

En 2017 se lanzaron los premios Fair Saturday, y lo hicieron en Bilbao, como no podía ser de otro modo. Su objetivo era claro:

“Reconocer, a nivel internacional, las iniciativas de personas y organizaciones inspiradoras que han demostrado generar un impacto social a través del arte y de la cultura.”

Fue unos años antes cuando tuve la oportunidad de conocer a una de las personas que está detrás de esta iniciativa, Saioa Eibar, y un poco más tarde, a su fundador, Jordi Albareda. Solo estas dos personas ya son más que merecedoras de dedicarles no uno sino varios posts. De hecho, no es esta la primera vez que les nombro. Su emprendimiento social sí que se merece un Fair Saturday Award, y muchos más.

Esta vez, me gustaría presentaros a otro emprendedor (P.E.), que tuve el honor de conocer durante la entrega de estos galardones justo hace una semana, en el Museo Guggenheim de Bilbao.

Este año 2025, las personas y asociación premiadas fueron excepcionales:

  • Joseph Stiglitz, Premio Nobel 2001 (Indiana)
  • Martin Wolf, jefe de economía de Financial Times (Londres)
  • Rania Moualla, ZADK Saudi Culinary Arts Academy (Arabia Saudí)
  • Adjoa Andoh, actriz (Bristol)
  • Ahmad Joudeh, bailarín y coreógrafo (Damasco)
  • Joaquín Achúcarro, pianista (Bilbao)
  • Gerediaga Elkartea, agente Cultural (Erandio)

Aunque más de una de esas personas se merece un post, hoy me quiero detener en el bailarín y coreógrafo Ahmad Joudeh, de Damasco.

La Fundación Fair Saturday decidió premiar a esta persona con el objetivo de reconocer su trayectoria artística y humana. Ahmad nació en el año 1990 en el campo de refugiados palestinos de Yarmouk, Siria. A la edad de 16 años comenzó su carrera como bailarín y en el año 2016, gracias al Ballet Nacional de los Países Bajos, su carrera artística empezó a tener gran proyección internacional. Su vida no ha sido nada fácil, pero:

“A pesar de la guerra y las amenazas, nunca renunció a la danza, convertida en un acto de resistencia y esperanza. Comprometido con causas sociales, participa en proyectos de inclusión y derechos de la infancia. En 2021 publicó su autobiografía Dance or Die y en 2024 fue distinguido como Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial. Su vida confirma la danza como instrumento de libertad y esperanza.”

Estos días he estado leyendo sobre él y viendo y escuchando vídeos y entrevistas. Conocer por lo que ha pasado, saber que sufre “trastorno de estrés postraumático”, que tiene un pasado que no se puede “quitar de encima”, pero que, a pesar de todo, ha sido capaz de rehacer su vida y hacer lo que hace por él y por muchas personas que han pasado por su situación, es digno de reconocer, agradecer y aplaudir.

Leía el otro día el siguiente pasaje:

“Tras presenciar la muerte de un niño en una batalla, Ahmad Joudeh decidió trabajar con los niños huérfanos de la guerra. Se unió a las actividades de recaudación de fondos para SOS Children’s Village Syria e impartió clases de baile a los niños de sus aldeas. Ahmad transmite alegría y tiene un gran talento para enseñar a los niños, especialmente a los que se encuentran en situaciones difíciles, como los refugiados y los niños con síndrome de Down. A través de sus talleres de baile, les ayuda a desarrollar una autoestima más fuerte y a crear un vínculo más profundo entre ellos.”

Conocer a Ahmad en persona, tenerle delante, hablar con él y, aún con todo lo que ha pasado y lleva dentro (su pasado y sus consecuencias), ver lo agradecido que está, me lleva a tenerle como P.E. de referencia. Porque cada persona podemos hacer más de lo que creemos, porque la vida hay que vivirla, porque a emprender desde distintos ámbitos se puede, porque si Ahmad lo hace, quizá debiéramos pensar qué es lo que a muchas personas nos para hacerlo. Por eso y mucho más, Ahmad se merece un espacio en este blog.

Gracias Ahmad por lo que haces.