Un 6 de diciembre de hace algunos años nacía en Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa) la protagonista de este post. Su nombre Patricia Arruti. Si algo caracteriza a Patricia es su dulzura, naturalidad, cercanía, alegría y un cierto halo de timidez que va decreciendo a medida que se le va conociendo. Pero si hay algo que quiero destacar hoy de esta persona emprendedora es su gran vena artística.
Todavía me acuerdo cuando hace ya unos años nos decía que había decidido irse a estudiar a Italia; a algunos/as de nosotros/as nos sorprendió, simplemente porque no conocíamos una de su gran pasión: la pintura. Y no es que el hecho de ser primas me ciegue y no sepa apreciar la pintura, os lo aseguro. El arte que tiene Patricia es especial, sobre todo pintando retratos.
Todavía me emociono al ver la foto de mi aita, es increíble la manera tan natural y real en que Patricia nos acerca, con sus manos, pinceles y pinturas, a las personas, por ejemplo a aquellas que tanto hemos querido y que, por supuesto, seguimos queriendo pero que ahora están físicamente «un poco» más lejos y a desmano. Y creo no equivocarme si digo que parte de ello se debe a que Patricia sabe ganarse (o bien conoce porque ha tenido oportunidad y la ha aprovechado) a la persona que retrata. Simplemente es una delicia.
Quizá alguno/a se pregunte por qué este post para Patricia, dejadme que os diga, que por encima de los lazos familiares que nos unen, creo que Patricia reúne muchas de las características de toda persona emprendedora: tiene claro qué es lo que le gusta – aquello por lo que lucha cada día; es perseverante; tiene, sin duda alguna, una gran capacidad creativa – capacidad que ha seguido cultivando gracias a su formación (no en vano se ha formado nada menos que en la Art Students League of New York)-; tiene una gran actitud positiva; es paciente; sabe escuchar y observar; ha sabido arriesgarse y es sencillamente adorable.
Algunos/as ya le habréis visto en acción, otros/as seréis «propietarios» de alguna de sus grandes obras de las cuales estoy segura que disfrutaréis cada día, otros/as habréis tenido la oportunidad de disfrutar de sus trabajos mientras tomabais un café, veías una revista o paseabais por las calles de Donostia (a ver cuándo llegan a Bilbao) y alguno/a hasta haya posado para ella. Yo me quedo con Patricia como persona pero, por supuesto, no descarto posar algún día para ella. Sería un honor verme reflejada a través de esas manos de artista.
Hoy, va por ti, prima. Gracias por emocionarnos cada vez que desde facebook nos llega una pequeña muestra de lo grande que eres.
Disfrutad de la semana, ah, y si queréis hacer-os un regalo especial acordaos de este nombre Patricia Arruti.
Un comentario en “PATRICIA ARRUTI: Cuando el arte se lleva en las venas”