Un chute de energía: FLL Junior

El pasado 8 de febrero, la Universidad de Deusto se transformó durante unas horas para acoger un evento que, tras 10 años, se celebraba por primera vez en tres sedes distintas: Bilbao, Mondragón y San Sebastián. Me refiero a la FLL Euskadi de la que en más de una ocasión os he hablado. Esta vez, para unos cuantos, esta edición ha sido muy especial. Para mí, además de un gustazo, ha sido un reto que me ha dado mucha energía y me ha hecho confiar, mucho más, en las nuevas generaciones de P.E. que vienen pisando fuerte.

Llevo años participando como voluntaria en la FLL Euskadi, pero este año el reto personal era participar activamente en la FLL Junior. Tenía ganas de vivirla y experimentarla en primera persona, aunque sabía que eso haría que me “perdiera” la FLL “de los mayores”, esa adrenalina que el juego del robot dispara, y que las presentaciones de los proyectos de innovación y los posters de valores ayudan a mantener. Ahora bien, reconozco que los nervios y la incertidumbre de cómo saldría todo, el hecho de ponerme delante de tanto niños y niñas de 6 a 9 años y que éstos respondieran “bien”, entre otros, ha sido, sin duda, una experiencia que no voy a olvidar enseguida y que, sobre todo, me ha enseñado que:

nadie es demasiado “pequeño” para demostrar que, con esfuerzo, mucha dedicación y mucho más cariño, el trabajo sale adelante.

Unos pocos días antes del gran día, mis compañeras y líderes de la FLL Euskadi Deusto (Lorena Fernández y Oihane Zarate) me comentaron que, además de coordinar al voluntariado de la FLL Junior (que lo hacía encantada), tendría que hacer la inauguración de la misma. Pues bien, aunque es cierto que a mí “estos saraos” me gustan, no os voy a mentir que el reto que me acababan de proponer, y al que, por supuesto no iba a negarme, me daba un poco de respeto. Ahora os puedo asegurar que los nervios y las mariposas que revoloteaban por mi estómago 5 minutos antes de tener que inaugurar, me hicieron estar a flor de tiempo. No en vano, el auditorio Icaza estaba a rebosar con casi una centena de niños y niñas, entrenadores y entrenadoras, familiares orgullosos de sus «txikis», jueces científicos “locos” y floaters que estaban atentos al momento.

Ahí estaba yo, delante de 23 equipos dispuestos a defender sus proyectos innovadores y valores FLL. Os aseguro que me acordé mucho de nuestros presentadores “de siempre” Gemma Martínez e Iban Garate, que no iban a poder estar en la inauguración de la FLL Junior este año. ¡Cómo os entiendo y como os eché de menos un rato!

La verdad es que, pasados los primeros minutos y con el apoyo de todos los que estaban en el auditorio (y con la boca un poco seca de la tensión), parecía que todo fluía como debía ser. La FLL Junio Euskadi Deusto 2020 daba comienzo. Eran las 11:00 de la mañana.

23 equipos de niños y niñas entre 6 y 9 años de 6 centros educativos y 3 grupos de trabajo se dieron cita en el edificio de la DBS de la Universidad de Deusto. Los equipos de la Ikastola Begoñazpi fueron los primeros en salir a escena. Daba gusto verles comunicar en público, ver cómo explicaban sus proyectos a través de las maquetas que habían hecho para dar solución creativa al reto Boomtown Build, y comprobar los valores de la FLL que en el proceso de “investigación” habían desarrollado.

Supongo que sabréis que durante la FLL estudiantes de diferentes edades (de 6 a 16 años) tienen que dar solución a distintos retos a través de proyectos innovadores, superar una serie de misiones en el juego del robot, y exponer los valores de la FLL trabajados en todo el proceso.

Hoy quisiera subrayar los valores de la FLL, aquellos que los participantes han de demostrar que han integrado (descubrimiento, innovación, impacto, inclusión, trabajo en equipo y diversión). Durante las presentaciones, los equipos demuestran que han asumido dichos valores ante los jueces científicos ya sea a través de unas dinámicas que el grupo deberá realiza, así como a través de la presentación de un póster.

No cabe duda de que la FLL es algo más que un torneo puntual y un desafío al que dar una solución, porque FLL significa trabajo, aprendizaje, diversión, equipo, creatividad e innovación, espíritu emprendedor, talento, comunicación, valentía, ilusión, respeto, autonomía, responsabilidad, inclusión y mucho más que dejo a vuestra imaginación y, quién sabe, a ciertas ganas de descubrirlo por vosotros mismos la próxima edición. ¿Os animaréis?

Si aún no estáis convencidos, echad un vistazo al siguiente vídeo, recién salido del horno.

Yo estaré, no lo dudéis.

Disfrutad de la semana.

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