Ferrero

Si cuando has leído el título del post de hoy, has pensado en Ferrero Rocher, no estás equivocada, si no lo has pensado, pero ahora dices: “ah, claro”, tampoco estás equivocada, y si cuando has leído el título no te ha venido a la cabeza los Ferrero Rocher, pero has sentido algo de curiosidad por leer el post, Gracias, espero que no te hayas equivocado. Hoy, este post que viene un día más tarde de lo normal, está dedicado a Michele Ferrero, el padre, entre otros de los Ferrero Rocher, pero también de la Nutella, los huevos kinder, o los Mon Chéri, entre otros. También se lo dedico especialmente a Fernanda y a Mirentxu, a quién le encanta la Nutella. Ellas saben quiénes son.

Michele Ferrero fue el padre de la Nutella, murió en 2015 con 89 años de edad, y le ha sucedido su hijo Giovanni, de 51 años. En 2011 le hicieron una entrevista (www.lastampa.it) que pude leer hace unos días y en ella descubrí “cosas” que antes desconocía. Obviamente, pensé que se merecía un espacio en este blog. A ver qué os parece a vosotras.

Michele Ferrero logró a lo largo de su vida emprendedora dirigir y gestionar durante más de medio siglo el consumo de los italianos con sus productos; convertir la pastelería que empezó a regentar en Piamonte (Italia) en una multinacional de la confitería, y facturar más de 8.000 millones de euros; y, a pesar de que “todo el mundo” pensaba que los italianos no podían ni siquiera pensar en ir a Alemania a vender chocolate, logró que Alemania se convirtiera en el primer mercado de Ferrero.

Según él, su secreto era hacer siempre las cosas de forma diferente a los demás, tener fe, aguantar y poner a Valeria (la persona consumidora) en el centro cada día, porque como él decía, ella es quien decide el éxito de una idea y de un producto, puesto que, si un día Valeria cambia de opinión y de idea, y no se acerca más a ti y no te compra más, entonces estás en peligro. Es a Valeria, a tu público, a quien nunca debes traicionar sino comprender hasta la médula. Sabias palabras, sin duda, las de Michele. ¿A qué o a quién os suena a vosotras?

Michele hizo las cosas diferentes a los demás cuando, por ejemplo, se decantó por producir chocolate cremoso como la Nutella, cuando el resto de la gente lo hacía solido; se puso a vender unidades de chocolate “elegantes”, cuando lo suyo era vender cajas de bombones (este es el caso de los Ferrero Rocher); frente a los tradicionales huevos de Pascua, se lanzó a vender huevos para todos los días (los huevos kínder); frente al chocolate puro, el negro, él apostó por poner más leche y menos cacao; y, más adelante produjo el té helado, frío y sin bolsita, el famoso Estathè, que no lanzó a un mercado distinto al italiano porque los estudios de mercado que realizó no le auguraban buenos presagios. Esto es, según Michele, de lo único que se arrepintió en su vida.

Os animo a que confiéis en idear, pero, sobre todo, en hacer las cosas de diferente manera, en confiar en vuestras posibilidades, en trabajar duro, y en apostar por lo distinto.

Disfrutad de estos últimos días de mayo. Os adelanto que el próximo post os presentaré a una emprendedora que acaba de conseguir su segundo sueño. No os lo perdáis.

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